La Jungla de cristal es una de mis sagas favoritas del cine de acción y estoy seguro que también es una de las tuyas. La película se convirtió en un clásico del género y alcanzó tal fama que propició cuatro películas más. Esta saga se merece tener un espacio más que extenso en vivir del cine, así que voy a realizar un repaso a la franquicia con curiosidades, historia y anécdotas que estoy seguro te van a encantar tanto como a mí me ha gustado escribir esté artículo y revisionar la saga para documentarme y que aprendas un poco más sobre “La Jungla de Cristal”
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Con el reinado de la era digital en el cine lleno de explosiones y movimientos de cámara imposibles en CGI, no está de más recordar esas pelis ochenteras de sangre, sudor y testosterona que enamoraron sin tanto croma verde. Hablamos de películas en las que se repartían mamporros como panes como Arma letal, Depredador o La Jungla de cristal. Películas en las que los tipos duros que las protagonizaban tenían carisma y personalidad. El Martin Riggs deArma letal era un tarado peligroso, sí, pero tenía un porque. Y lo mejor de todo es que caía bien. Lo mismo pasa con el John McClane de Jungla de cristal. Poli de vacaciones navideñas, sin un cuerpo esplendido a lo Vandame, un tio normal que se mete sin querer en un buen pifostio de terroristas internacionales. McClane las pasa putas y acaba hecho un cristo, sin trucos digitales y sin zapatos de su talla ¿Quién no recuerda a McLane corriendo descalzo por un suelo repleto de cristales?
John McTiernan, director de la cinta, estaba en racha. El año anterior estrenabaDepredador. Un original mix de ciencia ficción con extraterrestre que seguro has visto mil veces, made in Schwarzenegger. Jungla de cristal suponía una reinvención de las películas de acción. Una única localización, el famoso rascacielos Nakatomi Plaza. Un protagonista íntegro, cínico y cachondo, interpretado por Bruce Willis, que en aquel momento era una estrella gracias a la serie Luz de luna. Un villano refinado y cruel, Hans Gruber, a cargo del grandísimo Alan Rickman. Y un planteamiento que recuerda a los videojuegos ochenteros: el prota debía subir y bajar innumerables pisos-plataformas, sorteando peligros y esbirros para cargarse al malvado y liberar a la chica. Un SuperMario con camiseta interior de tirantes sucia en versión madero chulo.
Han pasado treinta años desde la primera Jungla de Cristal y como suele pasar en las traducciones de los títulos, el original no tiene nada que ver con el español. La película se titula Die Hard. Con alguna licencia poética sería algo así como “Difícil de matar”.( ¿ Y la jungla y el crista? ¿Dónde cojones esta la jungla? ¿Y el cristal?... En fin. )
Jungla de cristal 1: ¡Yippee-ki-yai, hijo de puta!
El Nakatomi Plaza era el edificio Fox Plaza, propiedad de Twentieth Century Fox, productora de la película y allí transcurre toda esta primera parte. Supongo que se ahorraron una pasta en el alquiler de los escenarios.
El Yippee-ki-yai que McClane le suelta a Hans Gruber es una expresión utilizada por los antiguos cowboys del Oeste americano. Es su respuesta cuando Gruber, el malote, le insinúa que ha visto demasiadas películas de vaqueros. Por cierto, el primer día de rodaje Alan Rickman empezó con mal pie: al saltar a una cornisa se lesionó los ligamentos de una rodilla y estuvo varias semanas escayolado.
Stallone, Clint Eastwood, Al Pacino y Schwarzenegger fueron las primeras opciones para encarnar a McClane. Schwarzenegger estuvo a punto de llevárselo, tras su exitosa colaboración con el director en Depredador. La película habría sido la segunda parte de Commando, con el personaje de Schwarzenegger visitando en el edificio de oficinas a su hija, ya crecidita. Con la entrada de Willis, los guionistas reescribieron el guión con más ironía y menos músculos. Espero que en alguna realidad alternativa “Commando 2” sea todo un clásico xD
La película Jungla de Cristal era, en un principio, la segunda parte de Commando, con el personaje de Schwarzenegger visitando un edificio de oficinas donde su hija, ya crecidita, trabaja.
Con todo, el rodaje fue todo un tour de force para el actor. El salto atado a la manguera lo realizó sin dobles, lanzándose desde una plataforma a 12 pisos de altura. Para protegerle los pies, ya que pasa toda la película descalzo, le fabricaron un par de zapatos de goma estilo hobbit, pintados en color piel para disimular el engaño.
Una de las cosas que más me gustan de las películas, son los finales épicos con villanos precipitándose al vacío y más, cuando durante todo el metraje has conseguido odiar tanto al malo que estás esperando que el prota le de su merecido. Pues creo que la muerte de Hans Gruber es de las mejores, por no decir la mejor. Entrando en mi ranking de muertos por precipitación al vacío tenemos “El Emperador en Star Wars” “Mola Ram de India Jones y el templo maldito” o el mismísimo “ Joker en Batman de Tim Burton” .
La cara de sorpresa de Gruber a cámara Super lenta mientras se precipita al vacío es todo un poema que perdurará por los siglos de los siglos en el mundo del cine. No hay nada igual. No grita, no patalea ni intenta agarrarse a nada, la sorpresa invade todo su ser ya que este poli de Nueva York le ha dado una patada en el culo de las que hacen historia. Lo siento Gruber pero sabes que todos te odiamos y disfrutamos como enanos cada vez que te vemos caer, una y otra vez, una y otra vez, una y otra... venga, ya paro. XD
La película fue un éxito de crítica, pero sobre todo de público. Recaudó en Estados Unidos 83 millones de dólares. Una de las críticas más acertadas con su espíritu la definió como “una de indios y vaqueros en El Coloso en llamas”. Gran comparación.
Yippee-ki-yai es una expresión utilizada por los antiguos cowboys del Oeste americano
Jugla de cristal 2: vuelo con retraso
Siguiendo la máxima de la industria americana, “si algo funciona, exprímelo hasta la saciedad”, La jungla 2: alerta roja llegó dos años después. La película fue un super taquillazo, sobrepasando con creces a su antecesora. Con un coste final de 70 millones de dólares y en su primer fin de semana en Estados Unidos ya recaudó 21 millones. Esta vez el villano no resultaba tan carismático como Hans Gruber. William Sadler, el actor que le daba vida, destacaría después como estupendo secundario en títulos como Cadena perpetua o La milla verde. Curiosamente, otro actor de la primera entrega repetía aquí. Reginald VelJohnson que encarnaba al sargento Powell volvía a interpretarlo durante una pequeña secuencia en la que McClane le pide ayuda desde un teléfono del aeropuerto para contrastar una huellas de un terrorista abatido. Su personaje calaría entre la audiencia y en la serie que le daría la popularidad, Cosas de casa, en ella también interpretaba a un sargento de policía. La serie estaría en antena diez años y lo convirtió en icono televisivo junto a Steve Urkel, “¿He sido yo...?”
Si en Jungla de cristal 1 la acción transcurría en un rascacielos, aquí se trasladaba a un escenario horizontal, un aeropuerto. De nuevo McClane se las tiene que ver en Nochebuena con un grupo de terroristas dispuestos a secuestrar un vuelo. El guionista Steven E. de Souza firmaba de nuevo el guión, que seguía similar estructura al de la primera entrega. La mayor parte del rodaje se realizó en una base militar, convertida gracias a la maestría de los diseñadores artísticos en un aeropuerto repleto de gente la víspera de Navidad. Para los fans de la saga hay unos cuantos guiños y curiosidades, por ejemplo: el mechero que usa McClane es el mismo que utilizaba en la primera jungla. Su esposa en la ficción se sienta en el avión junto a una anciana que lee una revista en la que aparece una foto de Arma letal, la otra gran saga de acción de los ochenta.
La película no tuvo tan buenas críticas como la primera, aunque continúa siendo un estupendo entretenimiento lleno de tensión y acción. El director, Renny Harlin, volvería al género con Máximo riesgo, para mayor gloria de Sylvester Stallone, convertido en intrépido montañero. Tras el tremendo fracaso crítico y comercial de La isla de las cabezas cortadas, levantó cabeza con Deep Blue Sea y después desapareció entre películas menores.
Mejores escenas Jungla de Cirstal 2 :
La primera es en la que John McClane queda atrapado en la cabina de un avión y los terrorista empiezan a lanzar granadas dentro del habitáculo, John solo tiene unos segundos para pensar que hacer y como no, nuestro héroe utiliza el dispositivo ejectable ( Como el de KIT, el coche fantástico) del asiento del piloto para salir disparado justo en el momento en que las granadas hacen explosión.
Y la segunda es el apoteósico final, desde cuando McClane se carga a todos los jodidos terroristas dejando un reguero de combustible para luego prenderle fuego y convertir a los terroristas en carne picada no sin antes desearles un buen día con el ya mítico Yippee-ki-yai, hasta cuando los aviones que estaban sobrevolando el aeropuerto sin apenas combustible empiezan a descender gracias a la senda de fuego que McClane a propiciado sin ni siquiera proponérselo ¿O si? En fin , sublime.
Jungla de cristal 3: Summer in the city
Jungla de cristal: la venganza, llegaba en 1995. Tras la primera parte, John McTiernan volvía a ponerse tras la cámara. Esta entrega contaba con un villano a la altura de Hans Gruber, su querido hermano Simon Gruber. Y lo encarnaba otro actor de altos vuelos, el enorme Jeremy Irons. Sean Connery rechazó el papel por considerarlo demasiado malvado. Un grandísimo nuevo actor se unía a Bruce Willis, consiguiendo revitalizar la saga: el excelente Samuel L. Jackson. La pareja ya había intervenido un año antes en Pulp Fiction, aunque no compartían escenas. En esta nueva entrega deLa jungla de cristal, la acción transcurre en un espacio abierto, la ciudad de New York, con una maquiavélica gincana de Gruber al mas puro estilo “Simon dice...” en la que Willis y Jackson deben ir resolviendo numerosas pruebas para que la ciudad no salte por los aires. Sin duda, junto a la primera entrega, la película es la mejor de la saga. El carisma de esa extraña pareja moviéndose a toda velocidad por la ciudad resolviendo acertijos y sorteando peligros, es lo mejor de la función. Aunque Jeremy Irons deja el listón muy alto como villano retorcido y cruel.
Destacar, sobretodo el trasfondo racista que hay en las conversaciones entre Willis y Jackson y como Willis sabe tocarle la fibra a Jackson para que eche una mano en todo momento.
La jungla 4.0: 12 años después
En 2007 llegaba la cuarta entrega de la saga. En ese intervalo de tiempo, Bruce Willis había sufrido una considerable transformación artística. Entre los noventa y comienzos del nuevo siglo era uno de los actores más taquilleros de la industria americana con títulos como El quinto elemento, Armaggedon o El sexto sentido. Pero, a mediados de la primera década del siglo comienza a perder tirón, protagonizando títulos olvidables, sin encontrar ninguno que revitalice su carrera. Es cierto que protagoniza películas puntuales en las que busca una imagen que escape de la habitual con buenos resultados, en el caso de 16 calles o el experimento artístico de Sin City. Por ello, reactivar la saga de la jungla suponía para el actor volver a un territorio seguro. Y, sobre todo más, cuando el actor también se convertía en productor de la película, quizá buscando la misma jugada de Tom Cruise como productor de la saga Misión imposible.
En esta ocasión, signo de los tiempos, los terroristas de turno son expertos piratas cibernéticos que buscan crear el caos digital. Pero allí está un McClane por el que no pasa el tiempo para ponerles las cosas difíciles. También es otra señal de los tiempos, el uso de efectos especiales por ordenador: explosiones, vehículos saltando por los aires, etc. Aunque los tiros y las frases lapidarias del protagonista siguen teniendo el clásico sabor de antaño.
La jungla: Un buen día para morir
En 2013 llega la última entrega hasta ahora. Los guionistas se sacan de la manga a un hijo de McClane que dispara y suelta leches igual que el padre. Ambos se meten en un lío con terroristas rusos por medio, Chernobyl y bombas nucleares. En esta entrega los efectos digitales reinan, aunque también hay lugar para las salvajes escenas de tiroteos, marca de la casa. Sin duda, la entrega más prescindible de todas, que no aporta nada nuevo. Esta última entrega de la saga perfectamente se podía haber llamado “Jodidas vacaciones en Chernobyl” o cualquier otra cosa interpretada por Bruce Willis o no. No veo a McClane por ningún lado, por mucho que me quieran meter con calzador que esta peli forma parte de la saga Jungla de cristal.
Eso sí, es un entretenimiento para dejarse llevar un Domingo por la tarde sin pedir nada más.
Huevos de pascua de la Jungla de Cristal en vivir del cine
Antes de terminar no puedo irme sin hacer alusión al gran trabajo de Ramón Langa la voz de Bruce Willis en España. Un gran trabajo de interpretación y siempre aportando su grano de arena al personaje de McClane ya que hay muchas frases que no necesariamente están en boca de Bruce Willis y Ramón Langa les da ese toque personal y consigue que el doblaje engrandezca aún más estas películas.
Hasta aquí este pequeño aporte de una de las grandes sagas del cine de acción, en definitiva y por concluir, creo que ha envejecido muy bien y se ha ido adaptando a los tiempos modernos de una manera más o menos fiel a las primeras pelis, excepto por la última parte de la cual ya sabes lo que opino.
Espero que te haya gustado el articulo y me comentes que te parece, un poquito más abajo, en el apartado de comentarios. También, si quieres, podrías ayudarme a mejorarlo si consideras que me he saltado alguna cosa que creas que puede ser importante y que debería estar aquí en este articulo reflejada.
Hasta la próxima o como diría John McClane :
Yippee ki yay mother fucker!!!!!
BONUS EXTRA POST ARTÍCULO DE LA JUNGLA DE CRISTAL
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